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Escritorio con estetoscopio

ANATOMÍA Y CIENCIA

ANATOMIA

Hoy en día somos conscientes de que el dolor de espalda crónico suele ser el resultado de una musculatura dorsal autóctona débil. Estos músculos juegan un papel clave en la estabilización de la columna vertebral y la postura erguida, pero no se pueden tensar deliberadamente. Son inherentes y generalmente no necesitan ejercicio. Sin embargo, el creciente sedentarismo, la falta de ejercicio en la vida cotidiana o una postura de alivio del dolor provocan el debilitamiento de la musculatura autóctona y como consecuencia de toda la columna vertebral. A diferencia de los músculos superficiales, que pueden entrenarse en un gimnasio, los músculos autóctonos de la columna solo pueden ejercitarse mediante un entrenamiento muscular aislado. Las máquinas de entrenamiento Powespine nos permiten desarrollar la musculatura de la columna cervical y lumbar sin ninguna interferencia de los músculos circundantes. Es decir, la musculatura superficial queda excluida mediante fijaciones específicas y características ergonómicas de las máquinas. Entonces la causa del dolor de espalda puede eliminarse.

Musculatura profunda de la espalda.
Musculatura de la espalda
La visita del médico

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CIENCIA

Gráfica

Fuente: Tesis de grado en colaboración con la Julius-Maximilians-University Würzburg – Institute of Sports Sciences
Autores: Dr. Christoph Spang, Elena Sophia Barth, Daniela Pia Köber, Witold Golonka, Sandra Ort

Resumen de la literatura científica más reciente:

 

La atrofia y la infiltración grasa de los músculos paraespinales de la espalda son las principales causas del dolor crónico de espalda y cuello.

Múltiples estudios han demostrado que los músculos paraespinales de la espalda juegan un papel clave en la estabilización de la columna (Steele et al., 2014). Un debilitamiento (atrofia) de estos músculos se considera un factor de riesgo para desarrollar dolor de espalda agudo y crónico (Steele et al., 2015a). Por el contrario, un entrenamiento específico y aislado de este grupo muscular puede minimizar este riesgo y evitar el dolor (Steele et al., 2015a). Estudios morfológicos han revelado un grado mucho mayor de atrofia e infiltración grasa en pacientes con dolor crónico de espalda y cuello en comparación con individuos sanos (Fernandez-de-las-Penas et al., 2008; Eliott et al., 2014; Teichthal et al. , 2015a). Además, el control corticomotor está alterado en la mayoría de los pacientes (Masse-Alerie et al., 2016). Estos cambios morfológicos y neuromusculares pueden causar una falta cada vez mayor de estabilidad en la columna, lo que eventualmente conduce al desarrollo de hernias de disco y trastornos degenerativos (estenosis, espondilartritis, etc.) (Ekin et al., 2016; Fortin et al., 2017; Hicks et al., 2009). Por lo tanto, se puede concluir que los músculos paraespinales saludables son esenciales para mantener la salud de la espalda. 

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Las actividades deportivas en general solo tienen un efecto limitado en las condiciones de dolor crónico.

Varios estudios han demostrado que la falta de actividad física conduce a una creciente inestabilidad en la columna y aumenta los riesgos de futuros dolores de espalda (Teichthal et al., 2015b). Esta correlación parece ser incluso mayor con el aumento de la edad (Dahlqvist et al., 2017; Hicks et al., 2009). A pesar de esta clara conexión, se ha demostrado que la actividad física como medida terapéutica solo tiene una eficacia limitada. Los estudios en atletas de alto nivel han revelado múltiples casos con atrofias paraespinales y dolor de espalda crónico. Parece que las altas frecuencias de actividad física y la presencia de músculos esqueléticos bien desarrollados no impiden desarrollar dolor de espalda crónico (Hides et al., 2008; Wassermann et al., 2018). Por lo tanto, se puede concluir que para una rehabilitación exitosa, las opciones de tratamiento deben centrarse en los músculos paraespinales profundos de la espalda. 

Entrenamiento aislado de los músculos paraespinales de la espalda mediante un sistema de fijación

Los resultados de múltiples estudios han demostrado que los programas de ejercicio que fortalecen los músculos paraespinales son capaces de aliviar los síntomas del dolor (Hides et al., 2008; Steele et al., 2015b). Debido a su función principal de posicionamiento erguido y estabilizador de la columna, los músculos paraespinales de la espalda no se pueden contraer voluntariamente. Por lo tanto, el entrenamiento aislado realizado con altas intensidades es muy desafiante. Otros grupos musculares, como los extensores de la cadera, comúnmente soportan gran parte de la carga, por lo que el estímulo de entrenamiento para los músculos paraespinales se minimiza significativamente (Steele et al., 2015b). Durante las últimas dos décadas se ha realizado una intensa investigación para desarrollar máquinas de entrenamiento que disminuyan la actividad de otros grupos musculares. Se lograron resultados óptimos utilizando un sistema de fijación que es la base de los dispositivos de terapia Dr. Alfen. A través de una estabilización pélvica dorsal y mediante una posición semisentada, se desactivan los extensores de la cadera y los músculos de las extremidades inferiores (da Silva et al., 2009; San Juan et al., 2005; Larivière et al., 2010). Los mismos principios se aplicaron en el desarrollo de los dispositivos de entrenamiento para la región del cuello (Schomacher & Falla, 2013; Pollock et al., 1993). Parece que el estímulo de entrenamiento máximo que conduce al agotamiento de los músculos locales solo puede lograrse utilizando este sistema de fijación. Se puede obtener información sobre los niveles de fuerza actuales y los posibles déficits a partir de pruebas de fuerza isométrica (Graves et al., 1990a,b; Robinson et al., 1992) 

Para obtener resultados óptimos y de bajo riesgo, los protocolos de entrenamiento deben adaptarse a los diagnósticos de los pacientes.

Debido al dolor agudo, a menudo no es posible hacer ejercicio con intensidades altas y dentro de un amplio rango de movimiento (ROM). Por lo tanto, recomendamos encarecidamente adaptar el ROM y los pesos de entrenamiento a los síntomas actuales y los cambios morfológicos subyacentes en la columna. Curiosamente, esto no conduce a una eficiencia reducida. Los estudios han demostrado que el entrenamiento dentro de un ROM limitado finalmente tiene efectos terapéuticos en el ROM completo (Graves et al., 1992; Steele et al., 2013). Por lo tanto, los protocolos de entrenamiento se pueden adaptar a los diagnósticos subyacentes. Desde nuestra experiencia, la elección correcta y la progresión óptima de ROM y pesos son esenciales para una rehabilitación óptima. Hemos desarrollado un sistema (Software Alflexus) que contiene preconfiguraciones para más de 240 diagnósticos de columna. Usando este sistema, un terapeuta puede guiar de manera óptima la progresión del entrenamiento y al mismo tiempo garantizar un bajo riesgo para el paciente. Esto es especialmente crucial cuando el paciente tiene cambios estructurales avanzados en la columna vertebral (hernia de disco, estenosis, artritis espondilar, etc.).

Frecuencia e intensidad del entrenamiento

De acuerdo con la literatura disponible, 1-2 sesiones de entrenamiento de alta intensidad a la semana y fatiga muscular máxima son suficientes para lograr los resultados ideales de la terapia (Steele et al., 2015a,b; Graves et al., 1990b; Pollock et al., 1989) . Curiosamente, el número de series es irrelevante, por lo que una serie de alta intensidad en cada sesión de entrenamiento es suficiente para alcanzar el agotamiento máximo. Sin embargo, la condición de dolor actual y el bienestar deben tenerse en cuenta al aumentar el peso. Además, la terapia debe iniciarse con una intensidad submáxima. Para lograr resultados duraderos, el paciente debe completar las 18 sesiones de entrenamiento. Sin embargo, como se describió anteriormente, el ajuste del paciente a las modificaciones estructurales es un factor crucial para lograr una rehabilitación exitosa. Los pacientes que sufren de un prolapso de disco, por ejemplo, tienen que recibir un entrenamiento diferente al de los pacientes que sufren de enfermedades degenerativas de la columna. 

Resultado clínico

Científicamente, es evidente que el entrenamiento de fuerza de extensión aislada proporciona resultados superiores para la rehabilitación de pacientes con dolor de espalda que cualquier otro tipo de ejercicio (Steele et al., 2015a). Parece ser suficiente y efectivo para mejoras significativas y significativas en el dolor y la discapacidad percibidos (Steele et al., 2017; Pollock et al., 1993; Evans et al., 2002). Este resultado clínico se asocia con una mayor fuerza de extensión lumbar isométrica (Steele et al., 2018). Estos hallazgos están respaldados por un estudio reciente realizado por Steele y colaboradores en el que se demostró que los discos intervertebrales pueden sanar y regenerarse con terapia médica de fortalecimiento (Steele et al., 2015c).

Resultados de la investigación del equipo del Dr. Alfen

En un estudio no publicado de nuestra clínica, el 88 % de los pacientes reportaron mejoras en los síntomas del dolor (Spang et al., 2017; Alfen & Spang, 2017). Estos resultados son sorprendentes ya que el material del paciente incluía muchos pacientes con trastornos de la columna vertebral graves y avanzados.

Resumen:

El concepto de terapia, así como las máquinas de entrenamiento, se basan en los últimos descubrimientos científicos y son herramientas ideales para tratar eficazmente el dolor agudo y crónico de cuello y espalda. A través del intercambio continuo con científicos y universidades colaboradoras, se controla la calidad de nuestra terapia y, si es necesario, se mejora.

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